domingo, 3 de junio de 2007

Liniers


Liniers es un campeón olímpico con medalla de oro pequeñita, como todo aquello de lo que habla.
El robot que tiene sentimientos, la vaca cinéfila y el gato feliz porque se sabe querido. La niña linda que nunca dejará de serlo porque se construyó un mundo en el que no cabe otra cosa.
El sábado firmó Macanudos en Madrid. Hizo 12 horas de vuelo para hacernos dibujos en los libritos. La colonia argentino-madrileña con su gracioso vocabulario adaptado, fans españoles nerviosos (oh, Dios, yo no sabía que aquí era algo conocido), una señora con una perra malita en brazos y yo esperábamos pacientes porque a cada uno nos dedicaba un rato largo de atención.

- Hola, me llamo JM, te descubrí en Buenos Aires, mi querido Pablo me habló de ti.
- ¡Oh, usted es un hombre que ha viajado!
- Me cambiaste la vida (por lo menos una semana...) y si me dibujas a Madariaga ya no puedo pedir más...
(y azorado se acurrucó a dibujarme al oso de peluche precioso sentadito en el suelo. “Madariaga concentrado” me escribió al pie)
- ¿Te puedo hacer una foto?
Liniers pasó un momento breve de pudor y asintió con la cabeza.
- Pero hombre, hazte la foto con él – dijo la señora de la perra malita al mismo tiempo que me agarraba del brazo y me empujaba a su lado. Una argentina linda y feliz nos retrató a los dos con cara de contentos.

Y salí exultante respirando la primavera amable que me caía encima. No pasé por el Ángel Caído esta vez sino que me crucé con un conejo pardo que comía hierba en un prado.

Ojalá la vida fuera un vídeo. Le hubiera dado al botón de la pausa.

3 comentarios:

Nene Tonto dijo...

pero qué crónica más tierna. Los argentinos adaptamos nuestro vocabulario ante cualquier circunstancia... flipante. je

Anatole dijo...

Es increíble escuchar "mogollón" con acento porteño. Al revés lo veo incluso imposible (parece que a nosotros nos graban el lenguaje con fuego). Sonaba lindo...

QSUM dijo...

Sos muy afortunado... en la feria del libro de bs. as. habia tantisima gente que no pude soportar tremenda cola, y ahora estoy arrepentida.